Cada cierto tiempo aparece una de esas noticias de super goleadas en deporte base de fútbol o fútbol sala, que si 35-0, que si 42-1, etc... y cada vez que salen, afloran también los que están a favor y los que están en contra, los que quieren cambiar normas y los que creen que el deporte es eso.
Evidentemente, deporte es ganar, perder y hasta a veces empatar, aquí no hay dudas. Pero ya incluso pensando en el equipo que gana, al que mete 34...¿les sirvió de algo el partido? ¿entrenaron? o en realidad les fue tan sencillo que no tuvieron que esforzarse. Y más que eso, ¿qué pensamiento llevan para casa los niños? ¿los que ganan y los que pierden?
Los que ganan, ellos y sus padres, creen que son los mejores del mundo, ¡malo!, lo peor que le puede pasar a un jugador es creerse bueno. Los que pierden, se van a ir a casa pensando que no valen para esto, ¿van a volver a jugar al año siguiente? ¿van a seguir con ilusión por el deporte? ¿se van a sentir válidos? ¡Son niños!
Para mí estas goleadas no sirven para nada, ni para unos ni para otros, y cuando tenemos 2 ó 3 horas de entrenamiento semanales más el partido, ¿podemos permitirnos perder las dos horas de partido? habla muy mal de nosotros como formadores.
No soy para nada partidario de levantar el pie, de pedir a los niños que dejen de esforzarse, ¡eso es que somos muy malos formadores y no tenemos recursos! Ahí, si que estoy de acuerdo en que no respetamos al rival, además de que estamos diciendo a nuestros niños que son muy buenos y que los rivales son muy malos....
Cambiar las normas para evitar estas cosas es evidente que es una necesidad, y que algo se debe hacer. Pero la clave está en nosotros, en los formadores. Por desgracia no podemos esperar a que trabajen las federaciones, y aún trabajando, aún quitando la diferencia de goles, los niños saben contar.
Como entrenadores, tenemos mil recursos para evitar perder una mañana de sábado jugando una pachanga, lo que pasa es que tenemos que haber, desde el principio, hecho ver a los niños que aquí estamos para aprender, sea fin de semana o sea entresemana. El resultado nos da lo mismo, pero siempre, ganemos o no. Ni podemos echarnos las manos a la cabeza cuando perdemos, ni celebrar victorias como la champions, ni festejar goles cuando para conseguirlos no han hecho el gesto técnico correcto, etc...debemos ser coherentes. Los niños son niños, pero no tontos. Pero... no se le tendría que caer la cara de vergüenza al entrenador/formador/educador de deporte base que ganando por grandísima diferencia sigue pidiendo a sus chicos presión y mejorar el marcador como si un hooligan se tratase?? o a ese entrenador (por llamarle de alguna forma) que no saca a un jugador más de cinco minutos a pesar de ir ganando por más de seis goles porque cree que el niño le puede fastidiar el gol-average??? LA - MEN - TA -BLE.
¿Herramientas? Infinitas, podemos bajar la defensa, podemos obligar a jugar con pierna no dominante, podemos obligar a tocar todos para hacer gol, jugar con nuestro portero cada vez que recuperamos el balón e iniciar, cambiar las posiciones habituales de todos para que no estén cómodos , jugar a "toque y medio", dos o tres toques, obligar a que haya un 1x1 para que podamos hacer gol, etc... el árbitro no va a pitar falta, pero nosotros podemos sentarlos 2 minutos cuando incumplen una norma o mejor, reforzarlos cuando la cumplen y que sepan siempre el por qué de lo que hacemos.
Un día nos va a pasar que lleguemos a casa y no hayamos sido capaces de evitar ganar 9-0 y que los niños no hayan competido, pero tenemos que irnos fastidiados y anticipar otra situación similar, para que no nos vuelva a pasar, para no volver a dejar de mejorar.
Os aseguro, porque lo he probado, que en ningún momento esto es una falta de respeto al rival, es más, el 90% de las veces el rival ni se da cuenta, ¡bastante tiene ya con atender a su equipo!, y de esta forma ellos también compiten, les sirve y no vamos a machacar su autoestima. No olvidemos, ¡no hay nada más importante que la autoestima de un niño!
En general, todo gira en ver que queremos, formar o ganar. Si queremos formar, como personas, deportistas y jugadores de fútbol, tenemos que aprovechar todo el tiempo que tengamos, premiar el esfuerzo y hacer ver al niño que estamos para aprender. Aprender a jugar al fútbol, aprender a ser deportistas y aprender a ser personas.
Evidentemente, deporte es ganar, perder y hasta a veces empatar, aquí no hay dudas. Pero ya incluso pensando en el equipo que gana, al que mete 34...¿les sirvió de algo el partido? ¿entrenaron? o en realidad les fue tan sencillo que no tuvieron que esforzarse. Y más que eso, ¿qué pensamiento llevan para casa los niños? ¿los que ganan y los que pierden?
Los que ganan, ellos y sus padres, creen que son los mejores del mundo, ¡malo!, lo peor que le puede pasar a un jugador es creerse bueno. Los que pierden, se van a ir a casa pensando que no valen para esto, ¿van a volver a jugar al año siguiente? ¿van a seguir con ilusión por el deporte? ¿se van a sentir válidos? ¡Son niños!
Para mí estas goleadas no sirven para nada, ni para unos ni para otros, y cuando tenemos 2 ó 3 horas de entrenamiento semanales más el partido, ¿podemos permitirnos perder las dos horas de partido? habla muy mal de nosotros como formadores.
No soy para nada partidario de levantar el pie, de pedir a los niños que dejen de esforzarse, ¡eso es que somos muy malos formadores y no tenemos recursos! Ahí, si que estoy de acuerdo en que no respetamos al rival, además de que estamos diciendo a nuestros niños que son muy buenos y que los rivales son muy malos....
Cambiar las normas para evitar estas cosas es evidente que es una necesidad, y que algo se debe hacer. Pero la clave está en nosotros, en los formadores. Por desgracia no podemos esperar a que trabajen las federaciones, y aún trabajando, aún quitando la diferencia de goles, los niños saben contar.
Como entrenadores, tenemos mil recursos para evitar perder una mañana de sábado jugando una pachanga, lo que pasa es que tenemos que haber, desde el principio, hecho ver a los niños que aquí estamos para aprender, sea fin de semana o sea entresemana. El resultado nos da lo mismo, pero siempre, ganemos o no. Ni podemos echarnos las manos a la cabeza cuando perdemos, ni celebrar victorias como la champions, ni festejar goles cuando para conseguirlos no han hecho el gesto técnico correcto, etc...debemos ser coherentes. Los niños son niños, pero no tontos. Pero... no se le tendría que caer la cara de vergüenza al entrenador/formador/educador de deporte base que ganando por grandísima diferencia sigue pidiendo a sus chicos presión y mejorar el marcador como si un hooligan se tratase?? o a ese entrenador (por llamarle de alguna forma) que no saca a un jugador más de cinco minutos a pesar de ir ganando por más de seis goles porque cree que el niño le puede fastidiar el gol-average??? LA - MEN - TA -BLE.
¿Herramientas? Infinitas, podemos bajar la defensa, podemos obligar a jugar con pierna no dominante, podemos obligar a tocar todos para hacer gol, jugar con nuestro portero cada vez que recuperamos el balón e iniciar, cambiar las posiciones habituales de todos para que no estén cómodos , jugar a "toque y medio", dos o tres toques, obligar a que haya un 1x1 para que podamos hacer gol, etc... el árbitro no va a pitar falta, pero nosotros podemos sentarlos 2 minutos cuando incumplen una norma o mejor, reforzarlos cuando la cumplen y que sepan siempre el por qué de lo que hacemos.
Un día nos va a pasar que lleguemos a casa y no hayamos sido capaces de evitar ganar 9-0 y que los niños no hayan competido, pero tenemos que irnos fastidiados y anticipar otra situación similar, para que no nos vuelva a pasar, para no volver a dejar de mejorar.
Os aseguro, porque lo he probado, que en ningún momento esto es una falta de respeto al rival, es más, el 90% de las veces el rival ni se da cuenta, ¡bastante tiene ya con atender a su equipo!, y de esta forma ellos también compiten, les sirve y no vamos a machacar su autoestima. No olvidemos, ¡no hay nada más importante que la autoestima de un niño!
En general, todo gira en ver que queremos, formar o ganar. Si queremos formar, como personas, deportistas y jugadores de fútbol, tenemos que aprovechar todo el tiempo que tengamos, premiar el esfuerzo y hacer ver al niño que estamos para aprender. Aprender a jugar al fútbol, aprender a ser deportistas y aprender a ser personas.