sábado, 19 de enero de 2013

"Vivir cada segundo" y la hipocresía de Lance

Qué el deporte de élite está podrido acaba de certificarlo Armstrong pero que todo es un guión preestablecido por aun no tengo claro quien, es una certeza que cada vez es más notoria. Va para ya casi cinco años cuando un amigo me regaló el libro "Vivir cada segundo" de Sally Jenkins acerca de las aventuras y desventuras que Lance Armstrong, tras su proceso cancérigeno, vivió para llegar a conseguir "sus" siete Tours de Francia. En aquella época la lectura era algo escéptica aunque con muchísimas más dudas que verdades sobre el ciclista texano. Qué contara procesos de entrenamiento, episodios de su vida personal, hazañas competitivas y anécdotas iba dentro de la literatura del libro de Jenkins como proceso de venta, pero al releer ahora momentos donde describe escandalizado cuando se le señalaba como presunto dopado y que las autoridades le perseguían y su equipo y él proclamaban una y otra vez su inocencia, uno se da cuenta del grado superlativo de hipocresía de una figura más que el deporte de alto rendimiento había esculpido. Mucha más hipocresía cuando asegura ahora en su vídeo-entrevista que en aquel momento no era consciente de que estuviera haciendo trampas pues era un profesional y hacía su trabajo. Todo ello muestra que toda su vida deportiva ha sido un fraude y un montaje de acumulación de dólares, sea por sus premios, su publicidad y su merchandising tipo el libro señalado que ha pasado de autobiográfico a un cuento tipo Alan Poe de ficción y terror.
Quizá dentro de varios años veamos esto como el primer paso hacia el entramado que se está cociendo en el deporte espectáculo. Los profesionales quizá sean libres de elegir, sin ser perseguidos, como conseguir su mayor rendimiento siempre supervisados por médicos que controlen esos procesos. Al fin y al cabo, el alto rendimiento ha sido, es y sobre todo, será un estado enfermizo. Acaso modelos, artistas, ejecutivos, algunos estudiantes, no buscan "ayudas" para ser los mejores en sus desempeños???. 

viernes, 18 de enero de 2013

Armstrong señala con su dedo a todo el deporte de élite


Lance Armstrong ha confesado que se dopó para mejorar su rendimiento, según ha revelado al diario 'USA Today'.
Lance ha admitido que usó sustancias dopantes y que está dispuesto a revelar los nombres de otros ciclistas que también se han dopado y a devolver parte del dinero que ganó durante su carrera profesional a costa de los contribuyentes estadounidenses. Además, Armstrong se ha disculpado a la Fundación Livestrong, creada por el ciclista para ayudar a los enfermos de cáncer, por el daño causado. La revista Forbes estima que el ciclista texano perderá más de 126 millones de euros.

Sus patrocinadores también han decidido darle la espalda. Nike, uno de sus mejores sponsors, rompió el pasado mes de octubre con el corredor por “las pruebas insalvables de que Lance Armstrong participó en el dopaje y engañó a Nike durante más de una década”. 
Pero la cuestión para reflexionar no es sólo económica para mí es un asunto que va más allá de la verdad y la mentira en el deporte espectáculo. Si Lance ha sido capaz, con el equipo que ha tenido detrás, de engañar a toda una firma como Nike, a la UCI, al COI, a un sinfín de organizaciones y sobre todo el planeta deporte en general, si todo esto ha sido posible y nadie lo ha detectado hasta una vez retirado el deportista, eso significa demasiado para el deporte de alta competición.
Cuántas mentiras hay acumuladas y tapadas en la historia del deporte? Cuántos records y hazañas son verdaderas y creíbles y cuantas son falsas? ¿Es falso la totalidad del deporte de alto rendimiento? Me temo que sí. Ni ergogenia y ni farmacia permitida. Grandes mitos de la historia del deporte y de la actualidad acaban de ser señalados definitivamente con el dedo de Lance Armstrong. ¿Qué hay de verdad y qué hay de mentira en el deporte? ¿Es el momento de legalizar el doping y crear los Juegos de la salud y la verdad y por otro lado los Juegos del espectáculo?
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