martes, 23 de febrero de 2010

HISTORIA DE UN HIMNO CORTITO


De nuevo volvió el deporte español a tropezar una vez más en la misma piedra. La Copa del Rey de baloncesto decidió jugarse en Bilbao y la llegada del Rey y la Reina a la final dio lugar a la estruendosa pitada y falta de respeto hacia el emblema que preside el concepto de tal copa. Ya había ocurrido lo mismo en la final de la Copa del Rey de fútbol de la temporada pasada cuando catalanes y vascos se disputaron la final en Valencia y la pitada al himno y al Rey fueron tremendas a pesar de la manipulación de los medios de comunicación que no sé que querían esconder.
Parece ser que ahora la idea de diferentes dirigentes es que la Roja, la de fútbol visite el País Vasco e incluso se demanda el paso de la ronda ciclista española por territonio euskera. Probablemente un Inglaterra-Italia jugado en, pongamos por caso, San Mamés tuvieran un gran reconocimiento y seguimiento, dada la talla de un partido de esa índole y de lo entendido, según dicen, es el público de la Catedral, ahora bien, ya me imagino un España-Argentina en un estadio del País Vasco en momentos puntuales, como el Himno o incluso con los propios goles españoles. Algunos dicen que poner el himno o que vaya el Rey es una forma de provocar al público, no lo sé, pero creo que si ese público o la gran parte de él, no está preparado para acoger un evento de esa índole con todas los requisitos que engloba, no debe ser celebrado en ese lugar. Así se acaban especulaciones, presuntas provocaciones y malentendidos.

Y en muchas ocasiones se atribuye un pequeño escándalo al típico tópico de esas minorías de incondicionales irrespetuosos y no es así. El domingo se vio que aun una gran parte, muy grande, del pueblo vasco no está preparado para acoger ningún evento que represente a España como nación. Yo no digo que se identifiquen todos con el himno o con el rey y su bandera, que no están obligados, pero al menos que se respete y guarden silencio e incluso indiferencia si de verdad son "antis"

domingo, 14 de febrero de 2010

JUEGOS OLIMPICOS DE INVIERNO: LA GRAN ATRACCION ESPAÑOLA


En un país mediatizado por el fútbol, Nadal, Alonso y Gasol, es difícil que los Juegos Olímpicos de invierno de Vancouver tengan trascendencia. A pesar de las tentativas de Jaca y ahora de Barcelona por albergar dichos juegos en un futuro, me temo que España no tiene (y creo que ni tendrá) tradición de deportes invernales. Si es cierto que cada vez más, el gusto por el esquí es cada vez más importante pero también es cierto que es un deporte totalmente de ocio. El seguimiento de cualquier deporte invernal sea el propio esquí, el luge, el hockey hielo o el patinaje es nulo. Por eso estoy seguro, que una vez acabados los juegos canadienses, si se le pregunta al ciudadano medio por algo que sepa de estos juegos, simplemente va a recordar el fatal accidente del deportista de luge que murió. Así que por mucho que Jaca o Barcelona se empeñen, todo esto pasa con más pena que gloria al igual que la Copa América en Valencia.
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