Según la Revista Española de Cardiología, la función beneficiosa del ejercicio físico en la prevención de la enfermedad, como tratamiento complementario para las enfermedades crónicas y en el bienestar psicológico. Además, el ejercicio también podría tener un efecto protector en el sistema inmunitario, cuyo estado óptimo es crucial para responder de un modo apropiado a la amenaza de la COVID-19.
Durante mucho tiempo, se ha considerado que 10.000 pasos al día son la cantidad mínima necesaria para considerar a una persona «físicamente activa», con una cifra ligeramente inferior para las personas mayores y los enfermos crónicos (7.000-10.000) y cifras más altas para los niños y adolescentes (> 11.000-13.000, aproximadamente)
El síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA) es una de las principales causas de muerte secundaria al covid-19. Esta complicación respiratoria llega a afectar al 17% de los pacientes con la enfermedad por SARS-CoV-2, al 42% de los que requieren hospitalización por la enfermedad y, de estos, entre el 67% y el 85% precisan seguimiento en UCI. Sin embargo, el Dr. Zhen Yan, de la Universidad de Virginia, sugiere que la realización de ejercicio físico podría ayudar a prevenir, o al menos mitigar, el SDRA. Una única sesión de ejercicio aumenta la liberación de superóxido dismutasa extracelular, una enzima antioxidante que es producida endógenamente por nuestros músculos y que reduce el estrés oxidativo, protegiendo a nuestros tejidos y ayudando a prevenir enfermedades. Precisamente el estrés oxidativo en el tejido pulmonar está implicado en la patogénesis de varias enfermedades pulmonares, entre otras el SDRA, por lo que el Dr. Yan argumenta que es razonable pensar que el ejercicio podría ser efectivo para prevenir el SDRA secundario al covid-19.
Los autores proponen, de un modo brillante, ajustar las recomendaciones internacionales sobre actividad física a la situación actual. Así, se propone aumentar la frecuencia del ejercicio de 5 días a 5-7 días por semana y la cantidad de ejercicio aeróbico, de 150-300 a 200-400min por semana e incorporar más rutinas de fortalecimiento muscular, equilibrio y coordinación, y controlar la intensidad, que debería ser moderada para evitar los efectos perjudiciales.