viernes, 3 de enero de 2014

¿Valen de algo las estadísticas en fútbol?

El fútbol no es matemático, exacto, susceptible de ser explicado por una estadística. En ese sentido, es similar a cualquier otra actividad humana creativa. Esto remite a un problema metodológico que muchas veces ocurre pues se presentan los datos como hechos, como reflejo exacto o puro de unos presuntos hechos duros, independientes de la forma de mirarlos del que hace la estadística. Como si fueran, en definitiva, la verdad.

Lo que no se tiene en cuenta es que el dato no es el único modo de dar cuenta de una misma situación, y que además el dato debe en cualquier caso ser interpretado, pues él solo no dice nada: el que lo lee lo tiene que hacer hablar. Sin ir más lejos, el propio resultado de un partido no necesariamente explica el trámite de éste.
A veces el jugador más destacado o más relevante, prácticamente no refleja datos estadísticos.




Los remates

Veamos, por ejemplo, la cuestión de los remates de un equipo durante un partido. La estadística suele distinguir entre remates a puerta y remates fuera. El criterio que organiza esta distinción presupone que el remate a puerta es más peligroso que el remate fuera. Así, la estadística invita a deducir que a más remates a puerta, más peligro ha producido un equipo, y por el contrario, cuanto más remates fuera, menos peligro o incluso menos calidad del equipo (un ataque con menos puntería o menos coordinado, digamos).

Esto en el fútbol, sencillamente, no es verdad. Por el contrario, una mala definición de un delantero cualquiera, solo ante el portero, en la que éste termina deteniendo el balón, no es otra cosa que un tiro a puerta. También lo es una falta ejecutada técnicamente mal, que el portero atrapa sin esfuerzo alguno. 


Los datos y el sentido

En definitiva, el dato estadístico no debe ser visto como un reflejo puro de la totalidad del hecho que busca explicar, sino sólo como una posibilidad, discutible y dependiente de otras variables externas que muy a menudo son dejadas de lado. El dato, además, debe ser interpretado.
Los datos principales a tener en cuenta, en mi opinión, deberían estar divididos en varios apartados:

  1. Datos de partido
  2. Datos de equipo
  3. Datos de jugador
  4. Datos de rival

Para su recogida puede valernos un cronómetro y una planilla o bien servirnos, si contamos con ello, de pulsómetros, gps de recorrido, vídeo etc.

Normalmente debiera  interesar de un partido:

Jugadores que más balones recuperan y en que zona de influencia lo hacen.
Jugadores que más balones pierden y en qué zona de influencia lo hacen.
Pases realizados con éxito
Faltas recibidas/ cometidas y lugar.
Tiempo de posesión y lugar de posesión.
Llegadas de influencia a área.
Segundas jugadas ofensivas y defensivas recuperadas con éxito.
Disposición espacial y temporal de los tiros y remates recibidos por zonas preestablecidas.
Metros recorridos por cada jugador y ritmo de esos recorridos y/o esfuerzos
Tiempo de recuperación según esfuerzos.
Actividad del portero.

Con todo esto y viendo la explicación previa una cuestión es la acumulación de datos y otra es la interpretación de los mismos y la consiguiente explicación a los jugadores.


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