martes, 15 de noviembre de 2016

Necesidad de la propiocepción en el calentamiento.

plataformasAunque algunas voces "famosillas" pretenden contarnos la idea de que el calentamiento no es necesario, de todos es sabido que el  calentamiento, ya sea antes de una competición o antes de empezar una actividad deportiva recreativa, es fundamental para el correcto desarrollo de la misma.

Es difícil encontrar evidencia en la literatura que asegure que un buen calentamiento reduce el riesgo de lesión posterior, sin embargo, la enorme variedad de metodologías de entrenamiento nos induce a pensar que no hay motivo por el cual debamos de descartar en ningún caso el calentamiento como parte introductoria de todos los entrenamientos y competiciones.

Una de las partes fundamentales que debe tener un buen calentamiento es la propiocepción y el desarrollo de la misma a través de ejercicios que provoquen inestabilidad, ya sea a través de bases inestables u otro metodología.

Infinidad de estudios indican que la falta de propiocepción en deportistas está íntimamente ligado a lesiones de rodilla, sobre todo, en féminas.

Incluir ejercicios de propiocepción en el calentamiento va a ayudarnos a disminuir el riesgo de lesión de tipo ligamentoso tanto en rodilla como en tobillo, al mismo tiempo de que la acción constante de agonistas y antagonistas para para conseguir la estabilidad de nuestro cuerpo nos ofrece la doble funcionalidad como calentamiento previo a la actividad principal.

Dado que no queremos perder la temperatura adquirida, las tareas de carácter propioceptivo deberás ser dinámicas y en consecuencia, tener un cierto nivel de intensidad.

Los principales ejercicios de propiocepción y su orden de ejecución debería ser:

  1. Ejercicios sin carga: normalmente los realiza un fisioterapeuta y se usan sólo en las primeras etapas de rehabilitación de una lesión.
  2. Ejercicios estáticos: este primer escalón está formado por ejercicios que consisten en mantener una determinada posición durante un tiempo. Siempre sobre superficie plana y estable. Primero se pueden realizar sobre dos apoyos y después pasar a uno (generalmente se puede empezar directamente por un apoyo dependiendo del ejercicio).
  3. Limitar visión: el siguiente nivel de dificultad consiste en realizar los mismos ejercicios con un ojo tapado y posteriormente con los dos.
  4. Ejercicios dinámicos: pueden consistir en mantener el equilibrio mientra movemos otro segmento corporal, o bien frenar un movimiento acelerado en una determinada posición (normalmente 1 apoyo) y posteriormente mantener ésta durante 10 segundos. En estos ejercicios es importante aprovechar todas las direcciones de desplazamiento.
  5. Saltos: igual que el anterior, solo que ahora el movimiento que frenamos es un salto para después mantener la posición.
  6. Plataformas inestables: existen plataformas destinadas específicamente a estos ejercicios como son: los bosus, fitball u otros modelos de plataformas inestables. Pero si no disponemos de ellos podemos utilizar otros, como un balón pinchado, un cojín o simplemente realizar los ejercicios encima de un colchón. Cuando comencemos a trabajar con plataformas inestables deberemos seguir una progresión similar a la anterior: dos apoyos, un apoyo, ojos cerrados, estático, dinámico, etc.




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