Filosofía y Metodología de cantera por Javier Lavandeira
viernes, 27 de enero de 2017
viernes, 20 de enero de 2017
20 razones para preocuparse si no realizas actividad física regular.
La vida sedentaria triunfa. Mientras las calles se llenan de corredores contagiados por la moda del running, existe otro amplio grupo de gente que prefiere tirarse en el sofá al llegar de trabajar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se definen como inactivas aquellas personas que no realizan más de 90 minutos de actividad física a la semana.
Según un informe reciente de esa misma organización, más de la mitad de los adultos de los países desarrollados realiza una actividad física insuficiente. La vida sedentaria resulta mucho más peligrosa de lo que te imaginas e influye tanto en nuestro estado de salud como lo hace la mala alimentación, el tabaco o el consumo de alcohol. En otras palabras, puede ser letal.
Dejarla no es tan complicado. Basta con realizar más de hora y media de actividad física (no deporte) a la semana distribuida en tres días. El propósito es fácil de cumplir y los beneficios que aporta son muchos. Estas 20 verdades sobre el sedentarismo, te ayudarán a decidirte a dar el paso para levantarte por fin del sillón y hacer ejercicio de una vez por todas.
1. La OMS sitúa a España como uno de los cuatro países más sedentarios de Europa, por detrás de Grecia, Bulgaria y Portugal.
2. La falta de actividad física y la mala alimentación son la segunda causa de muerte en el mundo después del tabaquismo. Según un informe publicado en 2010, la inactividad física provoca 3,2 millones de muertes prematuras cada año.
3. La personas con poca actividad física tienen entre un 20 y un 30 por ciento más de posibilidades de morir de forma prematura.
4. La actividad física regular reduce el riesgo de padecer depresión. “Igual que el ejercicio físico ayuda a segregar endorfinas (hormona de la felicidad) e influye de forma positiva en el estado de ánimo, se puede pensar que la falta de actividad física genera el efecto contrario”, explica Francisco García-Muro, coordinador de la sección de fisioterapia en la actividad física y deporte en el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, quien insiste que no es una matemática: “No todo el mundo que es sedentario le pasa esto, también entra en juego la predisposición de cada persona”.
5. El sedentarismo duplica el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo II a la vez que aumenta el riesgo de padecer hipertensión arterial.
6. Las mujeres sedentarias notan más los efectos de la menopausia. El doctor José Ramón González-Juanatey, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) asegura que la actividad física regular ayuda a reducir o limitar los cambios metabólicos asociados a este ciclo. Otros estudios señalan que puede reducir los efectos de la menopausia ya que las mujeres activas llegan a ese momento hormonal con mejor hueso.
7. Las personas sedentarias tienen menos facilidad para abandonar el tabaquismo y seguir una dieta saludable. En otras palabras, la actividad reduce de forma aguda el deseo de fumar
8. Abandonar el sedentarismo no significa tener que realizar una actividad física intensa. Lo ideal es realizar una actividad moderada tres veces a la semana, es decir 150 minutos semanales, explica García-Muro, para el que no basta con salir un día a correr y ya: “Hay que seguir un ritmo continuado, no vale con hacer una vida normal y de repente pegarse una carrera.
9. No hace falta tener sobrepeso u obesidad para sufrir las consecuencias nocivas del sedentarismo, los delgados también las padecen. “Hay estudios que mueren más delgados sedentarios que personas con sobrepeso activas”, señala García-Muro.
10. La vida sedentaria se asocia con algunos tipos de cánceres. Según el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer, la relación entre inactividad y cáncer es sólida. En concreto habla de la relación con el de colon porque la falta de ejercicio hace que disminuyan en nuestro cuerpo los niveles de ciertas hormonas y enzimas protectoras, hace que los alimentos estén más tiempo en el intestino (lo que incrementa el riesgo de padecer cáncer de colon) y empeora la respuesta de nuestros sistema inmunitario.
11. El sedentarismo no es el estado natural del hombre. Como bien señalan Julio Basulto y Juanjo Cánceres, autores del libro ‘Comer y correr’ (Penguin Random House), “la especie humana ha evolucionado y se ha adaptado para ser físicamente activa a lo largo de toda su vida y por tanto los modos de vida sedentarios son insanos (…) de todo ello se deduce que cuanto más físicamente activos sean los individuos, mejor”.
12. La vida sedentaria genera más inactividad o como se suele decir, sofá llama a sofá. “Porque igual que tú puedes hacer adaptaciones positivas al esfuerzo, tú también tienes adaptaciones negativas a la inmovilización”, explica García-Muro. Es la pescadilla que se muerde la cola. Si hay alguna razón que te lleva a la inactividad y luego no abandonas este estilo de vida acabas entrando un círculo vicioso que te genera más inactividad de la que cada vez es más difícil salir.
13. El sedentarismo se rompe andando, una práctica que mejora la salud aeróbica y metabólica del individuo y que además ayuda en la lucha contra la obesidad. La OMS señala que hacerlo durante una hora al día reduce el riesgo de sufrirla en un 25 por ciento.
14. La inactividad produce aumento de apetito y por tanto aumento de peso. Según un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard (EEUU), pasar más tiempo sentado en el sofá hace que tengamos más ganas de comer porque se deja de segregar irisina, una hormona que se ocupa de que convertir la grasa blanca (mala) en grasa parda (buena).
15. Los sedentarios suelen presentar más problemas para dormir. Los especialistas en medicina del sueño recomiendan practicar ejercicio físico para garantizar un buen descanso nocturno. Según señalan, la actividad física facilita el sueño y lo hace más reparador siempre y cuando realice como mínimo tres horas antes de ir a dormir.
16. Los sedentarios tienen peor esperma y peor sexo. Según un estudio publicado en European Journal of Applied Physiology, los hombres que llevan una vida inactiva tienen menos volumen de eyaculado, espermatozoides más lentos o más escasos y menos cantidad de testosterona y otras hormonas necesarias para la formación del esperma que aquellos que practican ejercicio moderado. Además estas personas tienen peor sexo. Porque, de acuerdo a un trabajo de la Escuela Emory de Medicina, el ejercicio tiene algo así como un efecto protector contra la disfunción eréctil.
17. Los sedentarios son menos productivos. Los trabajadores que dejan su lugar de trabajo durante media hora cada día para participar en una actividad física tienden a trabajar más intensamente y hacerlo de forma más productiva
18. El ejercicio físico facilita el parto a las mujeres embarazadas. Según el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (CAOG), las mujeres embarazadas deben realizar una actividad física moderada durante todos los días. Esta actividad reduce el riesgo de tener bebés con más de 4 kilos de peso y por tanto reduce el riesgo de que el nacimiento se produzca por cesárea.
19. De padres activos, salen hijos activos. “El ser humano es activo por naturaleza, el problema es que la sociedad actual está alterando ese patrón y haciendo a los niños más sedentarios”, señala García-Muro quien insiste en la necesidad de no plantar a los niños delante de la tele o dejarles el móvil. Hay que educar a los niños en la actividad física para que no terminen convirtiéndose en adultos sedentarios.
20. El ejercicio físico también conlleva beneficios sociales. Como señala la web madridsalud.org, de la práctica masiva del ejercicio se deriva una reducción de costos en atención sanitaria, la mejora del rendimiento escolar y a su vez la disminución del absentismo laboral.
Especialidades:
cultura física,
estudio,
reflexiones,
salud
domingo, 8 de enero de 2017
El falso alto rendimiento en edades tempranas
En edades prematuras, es decir, de formación, cuando vemos una competición, hay ciertos niños que sobresalen del resto, no porque sean realmente buenos, sino porque su edad morfológica se adelanta a su edad cronológica y por tanto “falsean” ese aparente buen rendimiento que hace pensar a muchos que llegarán a ser figuras del balompié.
En el desarrollo físico de nuestros niños tenemos que tener siempre presente que la evolución no es siempre homogénea ni se da por igual en todos, ya que hay ciertos condicionantes genéticos y raciales que hacen que unos niños se desarrollen antes que otros. Es raro no ver cada fin de semana, en un terreno de juego de fútbol base, cómo hay equipos en los que algunos jugadores parecen auténticos niños y otros ya parecen adultos consolidados. Es de lógica por tanto que el rendimiento, en cuanto a fuerza y velocidad, sea mucho mayor en los que más desarrollo motor tienen y “falseen” por tanto su rendimiento.
Haciendo un símil, podemos comparar esto con el cuento del patito feo, en el que nadie apostaba porque un pato pequeño y menudo iba a ser luego un gran cisne; y es que, jugadores que no tienen un gran físico en etapas infantiles, pueden desarrollarlo en su etapa adulta, como consecuencia de haber igualado su desarrollo al del resto de compañeros. Lo importante para los entrenadores, por tanto, será adecuarse al grado de desarrollo de cada niño y no forzar de una manera antinatural rendimientos tempranos.
Es opinión generalizada que la forma física es importante para el desarrollo óptimo de los niños. Por esta razón, los programas de aptitud física para niños y jóvenes deben ser recomendados y estimulados.
Las autoridades médicas y de salud pública deben considerar la forma física de los niños y jóvenes dentro de su esfera de competencia y responsabilidad. Los niños tienen una necesidad natural de comparar su fortaleza, habilidad, velocidad y resistencia en maduración con las de otros.
Hay que distinguir entre los deportes que exigen un entrenamiento inespecífico en una amplia gama de actividades y aquéllos en que se considera que el entrenamiento para la competición debe comenzar a una edad lo bastante temprana para dominar destrezas complicadas y lograr resultados de alto nivel.
- Además de su tarea puramente deportiva, el entrenador tiene una responsabilidad pedagógica hacia el presente y el futuro de los niños confiados a él. Tiene que tener conocimientos de los problemas biológicos, físicos y sociales especiales relacionados con el desarrollo del niño y estar en condiciones de aplicar estos conocimientos en los entrenamientos.
- El entrenador debe identificar las peculiaridades individuales del niño y sus oportunidades para un posterior desarrollo, y tenerlas presentes como criterios esenciales que rijan la organización de los programas de entrenamiento. La responsabilidad del desarrollo general del niño debe primar sobre las exigencias del entrenamiento y la competición.
- Si el "entrenamiento infantil" se somete a control pedagógico como se ha indicado, puede aportar valiosas oportunidades de desarrollo a los niños afectados. Sin embargo, si adopta la forma de "entrenamiento para el rendimiento máximo" a cualquier precio, debe condenarse rotundamente por razones pedagógicas y médicas.
- Cuando los niños son pequeños (o al menos por debajo de los 11 años), no se dan cuenta de que el resultado de un deporte está determinado tanto por la capacidad como por el esfuerzo. Por tanto, ganar y perder en deporte no es especialmente informativo para los niños en relación con sus capacidades. Sólo cuando tienen 12-13 años de edad empiezan a advertir que los resultados dependen tanto del esfuerzo como de la capacidad.
Por muchas razones, este entrenamiento intensificado carece de justificación fisiológica o educativa. Además, con frecuencia origina tensiones físicas y mentales extremas durante el entrenamiento y la competición.
Con lo anteriormente expuesto, se debe hacer reflexionar a los padres de los niños que ven a sus hijos muy por encima o muy por debajo de sus compañeros, y decirles que, como con el cuento del patito feo, no todo es lo que parece.
Podemos concluir diciendo que, más que el físico del niño, la principal cualidad a valorar sería la técnica y la predisposición a entrenar que tiene el niño en ese momento.
Especialidades:
entrenamiento,
fisiología,
genética,
rendimiento
domingo, 1 de enero de 2017
2017: Las principales citas deportivas.
Termina un 2016 olímpico, 2017 vendrá corto de grandes citas.
Las dos grandes citas llegan en verano con los campeonatos del mundo de natación (julio, en Budapest) y atletismo (agosto, en Londres). Estos últimos estarán marcados por ser los últimos de Usain Bolt, el hombre más rápido de la historia.
En fútbol, la gran cita de selecciones será la Copa de las Confederaciones, que como ya es tradicional se disputa en la próxima sede de la Copa del Mundo, en este caso Rusia, un año antes. Participarán tres equipos europeos (Alemania, Portugal y Rusia) junto a México, Chile, Australia, Nueva Zelanda y el próximo campeón de África. El partido más esperado del año, la final de la Champions League, se disputará el 3 de junio en Cardiff.
ENERO
Fútbol. Gala de la FIFA, en Zúrich, para elegir a los mejores
del año.
11-29. Balonmano. Campeonato del Mundo, en Francia.
14-5 feb. Fútbol. Copa África Naciones, en Gabón.
16-29. Tenis. Abierto de Australia, en Melbourne.
FEBRERO
4-18 mar. Rugby. Torneo 6 Naciones.
16-19. Baloncesto. Copa del Rey, en Vitoria.
MARZO
3-5. Atletismo. Europeos en pista cubierta, en Belgrado.
18. Ciclismo. Milán-San Remo.
27. Atletismo. Mundial de cross, en Kampala.
ABRIL
9. Ciclismo. París-Roubaix.
MAYO
3. Fútbol. Liga de Campeones. Semifinales, ida.
3-19. Fútbol. Europeo Sub-17, en Croacia.
5-28. Ciclismo. Giro de Italia.
10. Fútbol. Liga de Campeones. Semifinales, vuelta.
19-21. Baloncesto. Euroliga. Final Four, en Estambul (Turquía).
20-11 junio. Fútbol. Mundial Sub-20 Corea del Sur 2017.
24. Fútbol. Final de la Liga Europa, en Estocolmo.
27. Fútbol. Final de la Copa del Rey (se jugaría el día 28 si uno de los finalistas disputa la final de la Liga Europa el 24).
28-11 junio. Tenis. Torneo de Roland Garros, en París.
JUNIO
3. Fútbol. Final de la Liga de Campeones, en Cardiff (Reino Unido).
16-25. Baloncesto (F). Eurobasket 2017, en la República Checa.
16-30. Fútbol. Europeo Sub-21, en Polonia.
17-2 jul. Fútbol. Copa Confederaciones Rusia 2017.
JULIO
1-23. Ciclismo. Tour de Francia.
2-15. Fútbol. Europeo Sub-19, en Georgia.
3-16. Tenis. Torneo de Wimbledon, en Londres.
7-26 jul. Fútbol. Copa de Oro de la CONCACAF, en EEUU.
16-6 ago. Fútbol (F). Eurocopa femenina, en Holanda.
AGOSTO
5-13. Atletismo. Mundial, Londres
8. Fútbol. Supercopa de Europa, en Skopje.
19-10 sep. Ciclismo. Vuelta a España.
31-17 sep. Baloncesto. Eurobasket, en Finlandia, Israel, Rumanía y Turquía.
SEPTIEMBRE
13. Olimpismo. Elección de la sede de los Juegos Olímpicos de 2024, durante la 130 Sesión del COI en Lima.
17-24. Ciclismo. Mundiales carretera, en Bergen (Noruega).
24. Atletismo. Maratón de Berlín.
OCTUBRE
6-28. Fútbol. Mundial Sub-17 India 2017.
5. Atletismo. Maratón de Nueva York.
24-26. Tenis. Copa Davis. Final.
26. Automovilismo. Fórmula Uno. 20ª y última prueba: GP de Abu Dabi.
DICIEMBRE
1-17. Balonmano (F). Mundial, en Alemania.
6-16. Fútbol. Mundial de Clubes, en Emiratos Árabes Unidos.
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