viernes, 4 de octubre de 2013

Reflexiones antes del Maratón de Munich

En una semana llega mi segundo maratón. Tras una primera planificación el lugar elegido fue Frankfurt pero tras varias reflexiones el lugar definitivo fue la ciudad olímpica de Munich.
Km 40. Maratón Bruselas 2013
De nuevo esa distancia mágica de los 42 kilómetros 195 metros. Nada que ver con las medias maratones donde la intensidad de cada kilómetro te va consumiendo, ahora llegan esas sensaciones de ritmo, de control mental, de paciencia, de relativo sufrimiento, de disfrutar y, en definitiva, de recoger lo sembrado durante más de cuatro meses.
Es muy cierto lo que se dice, el maratón no es duro, lo duro es la preparación del  maratón. Si la preparación ha sido adecuada y en la carrera la dosificación es correcta junto con una idónea hidratación y suplementación, entonces es el momento de gloria interna, del orgullo sano de haber completado un reto, un objetivo, de la consecución de un miniproyecto de vida dentro del gran proyecto personal que construimos cada individuo día a día.
El año pasado, camino de Bruselas, todo eran dudas, preguntas, un periodo de incertidumbre muy grande. Seré capaz de terminarlo, cómo terminaré, estaré con una fatiga máxima durante horas, días y semanas... Aquella planificación fue absolutamente individual: planes, sesiones, dieta aplicada, microciclos, descansos, entrenamiento invisible... y tras el trazado de aquel miniproyecto todo concluyó felizmente en la ciudad belga del chocolate.
Una gran experiencia. Muchos corredores populares que habían corrido algún maratón me anunciaban esas sensaciones postreras de la carrera donde iban llegando anuncios mentales mostrando cabreo y pensando en no volver en mucho tiempo... lo cierto es que yo tuve una sensación totalmente contraria. Nada más terminar, nada más beber el primer liquido post carrera, mi pensamiento era "...hay que volver a correr una de éstas...".  El día siguiente y la semana siguiente fue totalmente cordial, físicamente hablando, ni molestias, ni sobrecargas ni agujetas. Quizá fui demasiado reservón? Pues probablemente, pero el objetivo era acabarlo. 
En aquella mañana del siete de octubre de 2012 la salida fue lentísima por mi parte, realizando mucho recorrido con el globo de las 4 horas 15 minutos, hasta que poco a poco fui incrementando la intensidad... pero llegar a la media maratón en 1 hora 59 y tener la sensación de mínimo desgaste, es lo que cada vez que recuerdo aquellos momentos me dan esa idea de "reservón". La segunda parte fue de gran disfrute en progresión y acabando en 3 horas y 44.
A día de hoy todos los aspectos comparados con la pasada edición son totalmente mejorados y positivos.
La analítica de sangre y el electrocardiograma dan valores muy positivos, el propio hematocrito ha subido de 43% a 46% (un índice con gran incremento) , el volumen y la intensidad de trabajo ha sido mucho mayores y por supuesto una planificación externa gracias a Juan Mañeru que me ha ido llevando de manera genial hasta este punto.
Sin olvidar el control nutricional y de suplementación de Samuel Delgado con los productos Herbalife que me han ayudado a bajar del objetivo de los 70 kgs (quitando lastre).
Unos 900 kms de entrenamiento totalmente en solitario pero que ha merecido la pena. 900 kms con madrugadas hasta en los lugares de vacaciones. Yo sólo con mi música y mi gps. He visto los amaneceres de Punta Umbría, Viveiro, Peñíscola, Sierra de Gredos, Valladolid... e incluso corriendo en plena madrugada castellana. Hasta aquí ha merecido la pena, y por extensión pase lo que pase allí también lo habrá merecido.
Un fin de semana con el acompañamiento de lujo de María y Miguel conociendo turísticamente Munich y después "maratonísticamente" viendo cada rincón de la ciudad alemana para culminar, seguro que sí, la entrada en el Estadio Olímpico. Cómo no va a merecer la pena el esfuerzo??

La comparativa de Bruselas a Munich en cuanto a trabajo quedo así a falta del último entrenamiento de mañana de 25 kms:
   







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