Los métodos y contenidos de preparación física en los deportes colectivos y por extensión en el fútbol han cambiado radicalmente en los últimos años o más bien en la última década. Desde aquellos incansables ejercicios de carrera continua que se realizaban en las pretemporadas de los años setenta, ochenta e incluso noventa hemos pasado a un entrenamiento globalizado para le mejora de todos los parámetros físicos del deportista.
El análisis del fútbol, desde el plano de aptitud física, nos lleva a ver que en los noventa minutos de los que se compone una competición futbolística, hay distintos ritmos y en ningún momento, ni en ninguna posición el ritmo de carrera se basa o se asemeja a la carrera continua indicada. Si bien es cierto que en fútbol profesional de alto nivel se ha llegado a medir a jugadores que han sobrepasado incluso los doce kilómetros por partido. En noventa minutos realizar doce kilómetros a distintos ritmos (andar, trotar, ritmo submáximo y sprint) no es tampoco algo de altísimo rendimiento pues nos marca un ritmo "atlético" de 7'30" el kilómetro que es un ritmo propio de un runner en pleno proceso de iniciación.
Ahora bien, el conseguir durante el proceso de entrenamiento una alta capacidad para realizar de manera eficaz cualquier acción técnica sin lesión y sin error a los ritmos que la intensidad de la competición nos requiera será la clave de la preparación física actual.
Muchos "runners" que también de vez en cuando jueguen alguna "pachanga" de fútbol verán que les ocurre el típico síntoma que se siente al ser capaces de llevar buenos ritmos de carrera y que a la hora de jugar un partido incluso informal no consiguen adaptarse a la intensidad de éste hasta bien pasados bastantes minutos incluso habiendo realizado un buen calentamiento.
Evidentemente la respuesta está en que el fútbol es un deporte anaeróbico basado en cambios de ritmo de corta y media duración, como se ha explicado anteriormente y el running es constante y de larga duración.
Para ello el entrenamiento globalizado en fútbol debe ponerse cada vez más de actualidad y buscar la forma de crear una red aeróbica en los jugadores para poder construir posteriormente una pirámide anaeróbica y de fuerza resistencia suficiente para llevar a cabo los ritmos e intensidades que cada partido te solicita.
Así simplemente sobre una situación real de partido podemos incluir los contenidos que queremos a partir de dicho entrenamiento globalizado con situaciones como ésta:
En cuanto a los jugadores
Variar número de jugadores de uno o los dos equipos
Incluir pivotes
Eliminar la acción del portero
En cuanto al objetivo
Trabajar sin objetivo (posesión)
Sólo con un objetivo para los dos equipos
Un equipo sólo con objetivo el otro no
Modificar el tipo de objetivo (gol si se pisa en una zona, si se pasa a un jugador, si el portero la para, etc.)
En cuanto al espacio
Real
Modificado (más o menos que el real)
Diferentes zonas válidas (y otras no)
En cuanto al material, por complejidad mayor o menor podríamos modificar, por ejemplo:
El tamaño del balón
El de la portería
Incluir otros materiales que modifiquen o condiciones acciones de juego (entre estos conos un toque solamente)
Ahora bien, incluir en periodos de preparación general (pretemporada) o en periodos transitorios contenidos como la carrera continua fraccionada (3 series de 8') o ejercicios de fartlek o interval debe ser una opción clave para construir la citada red aeróbica y la pirámide anaeróbica.
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