No va a ser fácil volver. Un escenario nuevo e inédito. El periodo de transición más largo de la historia del deporte moderno donde la población deportiva llegará con diferentes estados físicos y mentales. Cuando comiencen de nuevo los entrenamientos de forma regular y con el objetivo competitivo ya definido en el tiempo, llegará el momento más complicado donde deberán aparecer nuevas estrategias.
La aparición de lesiones en el panorama profesional está siendo frecuente por lo que en el deporte base y aficionado será más acuciante. Las lesiones más frecuentes serán las de tipo agudo, especialmente las musculares, pero no se deben olvidar lesiones articulares, entre ellas las ligamentosas, que pueden hipotecar toda una carrera deportiva; también las lesiones de tipo crónico, por sobrecarga, en un organismo no entrenado para la carga competitiva, pueden llevar a semanas y meses de ausencia del deporte.
En algunos contextos donde algunos deportistas se iniciarán en nuevos equipos y clubes donde haya que ganarse una plaza, aparecerá el exceso de agradar al cuerpo técnico dando lugar a que se agraven aún más los problemas de lesiones y por qué no, emocionales.
Los deportistas habrán sentido durante el periodo del estado de alarma el temor a la pérdida de forma física y acusarán, si no se es muy imaginativo, entrenamientos repetitivos. Una adecuada gestión de estos temores y el abordarlos de forma rápida pueden reforzar la resiliencia, tomando la cuarentena como un entrenamiento mental más para adaptarse a situaciones extremas. También será imprescindible ser realista, admitiendo que parte de la coordinación de equipo se perderá al no poder entrenar en grupo. Las necesidades para la vuelta al juego pueden no ser diferentes a las que se producen tras las vacaciones de verano.
Después de tanto tiempo parados y con competiciones autonómicas, provinciales y locales en su mayoría suspendida, la pretemporada se ve como algo lejano pero añorado. Aún así, el déficit de estos meses de cuarentena unido a la falta de actividad competitiva durante los meses de verano son una mezcla explosiva. Por eso, es fundamental adelantarse y comenzar a trabajar cuanto antes.
Las recomendaciones principales para este periodo estarían en torno a lo siguiente:
1. Una planificación para cada jugador con un estricto análisis de la realidad de cada uno. Primeras sesiones.
2. Comunicación diaria, periódica e individual con cada jugador. Uno de los principales problemas que aparece en la vuelta del deporte tiene que ver con las lesiones. Muchos jugadores y deportistas están sufriendo el impacto de la cuarentena. Por eso, la psicología juega un papel fundamental: No podemos volver queriendo recuperar la forma física de antes con un chasquido de dedos. No solo va a ser imposible, sino que va a ser perjudicial. Aquí entra en juego la psicología y cómo controlar la ansiedad por conseguir los objetivos. Hay que ir paulatinamente y sabiendo que tenemos que ir poco a poco.
Y de nuevo, la población osada que se lanza a correr o a hacer deporte en general tras años parados: No podemos ponernos el primer día a hacer saltos después de haber estado parados durante semanas. Tenemos que prevenir lesiones y luego, empezar a trabajar y hacer deporte con seguridad. Ahora salimos a la calle y se ve a gente correr que no había corrido nunca. Deberíamos primero tener una valoración funcional para ver cuál es nuestro punto de partida porque nos va a afectar todo a la hora de volver a entrenar».
Lo positivo para el profesional del deporte es la memoria que tiene su cuerpo y la rapidez en el proceso de recuperación: A nivel muscular, no es lo mismo el músculo de una persona que siempre ha hecho deporte al de alguien que no lo ha practicado nunca. Además, se suele decir que el cuerpo tiene memoria y en cierto modo es así. Un jugador o profesional del deporte va a recuperar mucho más rápido la fuerza, la resistencia, el nivel de pulsaciones… Aunque han podido llegar a perder un 20% de su nivel normal.
3. Un dato muy relevante es el esfuerzo percibido en estas sesiones.
Decisivo será llevar un control exhaustivo de las sensaciones de los jugadores tanto durante el entrenamiento como posterior a éste. Donde será decisivo evaluar (por ejemplo de 1 a 5, siendo 5 gran fatiga y 1 muy poca fatiga) las sensaciones reales de los jugadores. Debería haber items tanto para fatiga muscular y articular como para desgaste mental.
Además, otro aspecto relevante es que durante este periodo el gasto energético de los jugadores presumiblemente habrá sido menor, por lo que se deberá monitorizar el peso con el fin de evitar un aumento del porcentaje de grasa.
4. En deporte profesional y en deportes individuales, que ya llevan tiempo de entrenamiento, se está demostrando que a partir de la tercera semana es cuando llega el “des-entrenamiento” y empiezan los problemas
No solo se debería recomendar trabajar con un preparador físico y un fisioterapeuta, sino también con un nutricionista. Muchas personas han cambiado su alimentación y necesitan saber dónde han ganado más grasa y perdido más masa muscular. Hay que hacer un trabajo combinado donde jugará vital importancia el descanso correcto. Ahora cobra muchísima importancia el entrenamiento invisible, lo que hacemos fuera de los entrenamientos. Hay que optimizar el tiempo y no nos queda tanto para recuperar estos meses parados.
Protocolo para la reanudación de entrenamientos según el ministerio de cultura y deporte a partir del CSD: https://as00.epimg.net/descargables/2020/05/02/35c3897f55854245a4dce65ac90ef520.pdf
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