sábado, 15 de febrero de 2014

Sin aliento (Fatiga mental vs. fatiga física)


Como todo el mundo sabe, el cansancio mental llega antes que el físico y/o fisiológico. Por tanto, el porcentaje de abandono en cualquier tarea o en cualquier actividad viene marcado por la voluntad más que por la impotencia funcional en un porcentaje de casos altísimo. 


Del mismo modo, cuántas personas se levantan de la cama diciendo "...estoy más cansado que anoche cuando me acosté...". Por supuesto que no es lo mismo dormir que descansar.


Ese enemigo tan dañino llamado estrés es el factor detonante de la fatiga mental, que, a la larga, empieza a afectar el rendimiento físico y a producir alteraciones en el sueño, no durmiendo o haciéndolo constantemente sin obtener el descanso deseado. Esa fatiga produce también ansiedad. Y llega ahí un problema de círculo vicioso.


Existen momentos en la vida de cada uno de nosotros en los que repentinamente tenemos que realizar una actividad que requiere toda nuestra atención por varias horas: Un trabajo inesperado, una tarea urgente, cuidar a un enfermo, un trayecto de horas conduciendo un coche, entre muchas otras, y nadie nos puede ayudar. Un trabajo continuo de continuo desgaste puede ocasionar fatiga mental por el estrés que se genera al trabajar en forma continua o la presión que conlleva. 


La fatiga mental ocasiona bloqueo y olvidos. La recomendación para evitar la fatiga mental es hacer pausas en los períodos de trabajo continuo, aunque creas que el cuerpo no te lo pide. Nuestro organismo tiene una increíble capacidad de adaptación en situación de emergencia y la prueba más contundente es la fuerza que aparece cuando tenemos que huir o proteger a alguien querido. La denominada fuerza absoluta (que no máxima):


Para evitar la fatiga mental es recomendable:

Pausas de 15 minutos en periodos de trabajo prolongados, cambiando de lugar o ambiente.
Realizar ejercicios de respiración. Inspirar y espirar profundamente cuatro o cinco repeticiones.
Musicoterapia. Es una tendencia relativamente nueva, pero usada desde tiempos ancestrales que relaja tu cuerpo escuchando la música que sea de tu agrado y que al mismo tiempo te invite a la concentración.
Realizar estiramientos. Los animales nos ponen el ejemplo de lo importante que es el estiramiento para la actividad prolongada. Es lo primero que hacen los perros al despertarse.
Realizar ejercicio. Lo ideal es 45 minutos diariamente para obtener una condición adecuada que ayude a sobrellevar las cargas de trabajo constantes. 
Comer saludablemente. Nos convertimos en lo que comemos. Cuanta más "chatarra" metamos en el cuerpo, más desgaste tiene por la gran cantidad de radicales libres que se generan y aceleran el proceso del envejecimiento y el deterioro celular. La recomendación es clara, disminuir el consumo de carnes rojas, aumentar el consumo de pescado, frutas, verduras y zumos naturales previa hidratación del cuerpo.
Evitar el consumo excesivo de café. Al sentir fatiga, buscamos estimulantes para evitar el cansancio y la cafeína es una elección. Obviamente ayuda a disminuir el cansancio, pero se produce un círculo vicioso que ocasiona fatiga emocional. El tabaco es otra mala elección conocida por todos y, sin embargo, sumamente utilizada para huir de la ansiedad.

martes, 11 de febrero de 2014

Deporte, padres y entrenadores (Ramirez y Cuevas)

Este artículo pertenece al monográfico “Actividad física y salud infantil”, una información 360º sobre cómo influye en la salud de los niños y niñas el juego y el ejercicio físico. En esta entrega, Patricia Ramírez y Yolanda Cuevas, Psicólogas de la Salud y el Deporte, abordan la cuestión de los valores que se les puede transmitir a los niños y niñas a través del deporte y los objetivos que se deben perseguir cuando los pequeños participan en juegos, entrenamientos y competiciones escolares.
Deporte y valores. Foto: woodleywonderworks (vía Flickr)
Deporte y valores. Foto: woodleywonderworks (vía Flickr)
El deporte siempre ha sido considerado un medio para educar en valores que desarrollen a nivel personal y social y que seguro te acompañarán a lo largo de tu vida. Valores que comienzas a adquirir en las edades de iniciación, donde el deporte ante todo es diversión. Los beneficios físicos del deporte los conoces en su mayoría, pero que tomes conciencia de lo que aporta como herramienta educativa y psicológica a tu hijo, es la clave.Cuando tu hijo practica deporte, también se educa en valores. Todo depende de la orientación que como padre y entrenador quieras dar.
Los niños aprenden  a socializarse con nuevos compañeros, a ganar y compartir triunfos, a perder y saber tolerar la frustración, a experimentar emociones, a crear lazos de ayuda entre ellos, a fomentar la colaboración, a ser responsable, a controlar la impulsividad en unos casos y a vencer la timidez en otros, a reducir la ansiedad, a respetar las normas, al entrenador, a los compañeros, a los rivales y a los árbitros. El deporte también incrementa su nivel de confianza y autoestima: los niños se sienten partícipes de los éxitos y jugadas de su equipo, son protagonistas junto a los demás.
Los niños que asisten a actividades deportivas además aprenden a gestionar y optimizar su tiempo, teniendo que compatibilizar los estudios con el deporte. A nivel cognitivo, se fijan metas, desarrollan habilidades como el pensamiento estratégico y la capacidad de liderar. El deporte en equipo es la mejor escuela para el futuro trabajo en equipo el día que se integren en un grupo de trabajo en la empresa. Habrán desarrollado la pertenencia a un grupo con intereses y objetivos comunes, a cumplir con lo que uno se compromete, a ser perseverante, a tolerar el error propio y de los compañeros.
Como padre interésate solo en que tu hijo disfrute, sea generoso y buen compañero
Como padre interésate solo en que tu hijo disfrute, sea generoso y buen compañero
Como padre y como entrenador, procura que tu atención no esté en si tu hijo gana o pierde, si ha salido a jugar más o menos minutos o si tu hijo lo hace mejor que “el otro”. “El otro” también es un niño que acude a los entrenamientos y competiciones con la misma ilusión que el tuyo. Como padre, tu interés solo debe estar en que tu hijo sea buen compañero, generoso y ante todo, que disfrute.
Pero muchos padres se ofuscan, gritan, dan directrices desde la banda, hablan mal de los compañeros de sus hijos, menosprecian y desacreditan a los entrenadores y ven en sus hijos la posibilidad de convertirlos en grandes estrellas y cumplir con los sueños que ellos no hicieron realidad. Este problema se repite todos los fines de semana en todas las competiciones y partidillos de los chavales. A veces los padres os olvidáis de que vuestros hijos ya tienen un entrenador. Por eso hay que recordar que no sois los entrenadores de vuestros hijos, que solo sois los padres y que vuestra labor se limita a dar apoyo de forma incondicional.
Los padres no tenéis que conseguir que vuestros hijos rindan más, ni que jueguen con una determinada estrategia, y olvidaros de centraros en los resultados. De esta manera solo conseguís generar presión y que el niño se sienta evaluado por vosotros. Vuestra función es apoyar y fomentar los valores que el club y entrenadores trabajan con los niños, como el compromiso, la responsabilidad, la autodisciplina, el respeto, la cooperación, la humildad, el afán de superación, la tolerancia a la frustración, el juego limpio, la gestión emocional, honestidad, lealtad… Promover que sea puntual, acudir a los entrenamientos a los que se ha comprometido, recoger el material, ser generoso con los compañeros, fomentar la comunicación y ayudar al entrenador.
Motivar y reforzar para que se esfuercen no para que alcancen resultados. Foto: Javier Gómez (vía Flickr)
Motivar y reforzar para que se esfuercen no para que alcancen resultados. Foto: Javier Gómez (vía Flickr)
Tenéis que motivar y reforzar para que se esfuercen no para que alcancen resultados. Al finalizar un partido, el niño no tiene que pensar en si lo ha hecho bien o mal, esa no es la finalidad. La finalidad es divertirse, jugar e integrarse en un equipo. Pregúntale cómo se lo ha pasado, si ha disfrutado, cómo te gusta ver con qué ganas se entrega, transmítele que te encanta verle disfrutar practicando su deporte, que ves que se entrega en lo que hace por él y sus compañeros, que te sientes orgulloso de su esfuerzo, de su perseverancia, de su respeto a los demás y de su deportividad.
No fomentes actuaciones físicas, técnicas y tácticas deportivas que el entrenador no les exige. El entrenador es el que tiene que corregir, esa su función, pero no es la tuya. Si tu hijo sabe que vas a valorarle tras el partido, lo pasará mal desde que suena el despertador para asistir al encuentro. Practica su deporte nervioso y pendiente de tus pautas, gritos, gestos y de lo que le dirás después. Así es imposible disfrutar jugando, ¿no crees? No olvides las consecuencias que tiene en la autoestima de tu hijo. No es extraño escuchar a niños que dicen: “el domingo juego pero no hace falta que vengas, papá”.
El problema es que los niños ven que algo que era divertido se convierte en algo por lo que se les juzga y valora. Padres y entrenadores no debéis acelerar el proceso evolutivo del deporte, todo llega, lo importante es crear unas bases sólidas. Buscamos el desarrollo de la persona y luego, el del deportista.
Por todo esto, piensa en ellos y…
Si eres entrenador:
1. Trabaja la cohesión. Los niños se esfuerzan más si se sienten a gusto en el grupo. El deporte es un lugar para disfrutar.
2. Habla siempre en términos de NOSOTROS en lugar de YO. Facilita el sentimiento de pertenencia.
3. Inculca valores como la solidaridad, la benevolencia y el altruismo.
Trabaja la cohesión
Trabaja la cohesión
4. Comunícate con paciencia y en un tono conversacional. No tienes más carisma ni más poder por dar gritos.
5. Estate más pendiente de los aciertos que de los errores, porque así les transmites seguridad.

6. Valora el esfuerzo, la intensidad y el trabajo por encima del talento y la genialidad.
7. Define los objetivos en función del rendimiento, de lo que depende del jugador y del equipo, no de los resultados.
8. Refuerza siempre. Siempre hay algo que valorar: ser solidario, el compañerismo, el trabajo, el buen humor, la buena actitud…
9. Huye de las comparaciones entre ellos. Es injusto y genera desconfianza.
10. Trátales en función de lo que te gustaría que te aportaran. Si esperas cosas buenas de los chicos, ellos lo notarán, se esforzarán y se sentirán “buenos”.
Si eres padre de un niño que hace deporte:
1. Recuerda el motivo por el que tu hijo va a jugar y no lo pierdas nunca de vista. Lo hace por diversión, por estar con sus amigos, por pasarlo bien.
2. Tú no eres el entrenador, eres su padre. De ti no necesita que le digas la técnica, ni lo que tiene que hacer, sólo que le apoyes y le preguntes si se lo ha pasado bien.
No le presiones, le des gritos desde la banda, no le digas que lo hace mal, ni que ha jugado fatal
No le presiones, le des gritos desde la banda, no le digas que lo hace mal, ni que ha jugado fatal
3. Deja que sea él quien elija si quiere hacer del deporte su modo de vida. Igual prefiere los fines de semana estar con amigos en lugar de ir de competición en competición.Tener talento no te obliga a vivir de él.

4. No le presiones, le des gritos desde la banda, no le digas que lo hace mal, ni que ha jugado fatal. Así le haces sentir ridículo, bajas su autoestima y le quitas las ganas de jugar.
5. No le hables mal nunca de sus compañeros. Ni le digas que lo hacen peor que él. Intenta unir al grupo en lugar de separarlo.
6. No desacredites a su entrenador, ni le transmitas a tu hijo que el entrenador se equivoca. Las desavenencias las tratas con el técnico, no con tu hijo.
7. Anima siempre, independientemente del resultado. Valora su esfuerzo, su ilusión por encima de ganar o perder.
Si los entrenadores y padres tenéis en cuenta estas pautas es más fácil sacar la mejor versión deportiva y como persona de los niños. Podréis vivir con equilibrio el inicio de la vida deportiva, fomentar y facilitar su práctica. Tú eres el modelo de conducta de hijo: ante todo, respeto.
Patricia Ramírez Loeffler es Psicóloga del deporte y de la salud, fue Psicóloga deportiva del Real Betis Balompié y del RCD Mallorca y en la actualidad colabora en medios de comunicación como El País Semanal, Cope y Para Todos la 2 de TVE.
Yolanda Cuevas Ayneto es Psicóloga de la salud y el deporte y Master en psicología clínica y salud. Tiene formación en coaching deportivo y es psicóloga de la Real Sociedad Deportiva Santa Isabel de Zaragoza.

lunes, 3 de febrero de 2014

Tratamiento de la rotura de fibras en deportistas



Cuando se produce una lesión muscular de este tipo, en la que se acompaña una destrucción de fibras en mayor o menor grado, se da un proceso de curación que se compone de tres fases y que deberemos respetar y considerar cada una de ellas, ya que si no actuamos debidamente la recuperación será de mala calidad favoreciendo de este modo la recidiva de las lesiones.


-fases
Inflamatoria o destructiva.
Reparadora o reconstructiva.
Remodelación.


-fase inflamatoria o destructiva:


Se produce inmediatamente a la lesión y suele durar alrededor de 48h. Durante este proceso se necrosan miofibrillas, se genera el hematoma, se produce una reacción celular inflamatoria y se inicia la proliferación de mioblastos.


Esta fase es importante y no debe eliminarse la inflamación ya que esta es muy beneficiosa para eliminar tejido muscular necrosado gracias a los macrófagos y a la vez empezar a producir factores de crecimiento. Lo único que procuraremos será controlarla disminuyendo de esta forma los efectos negativos como el dolor, el edema y hematoma.


-fase reparadora o reconstructiva:


Esta fase se da a partir del segundo o tercer día. Ya está en marcha la reabsorción del tejido necrótico y empiezan a regenerarse las miofibrillas. Esto se produce gracias a las células satélite que se encuentran entre la lámina basal y el sarcolema del músculo. Son células inmaduras y pluripotenciales y al madurar adquieren la similitud del tejido que van a regenerar, en este caso las miofibrillas. También aumenta la formación de vasos capilares y un área de tejido conjuntivo.



Esta fase es importantísima y debemos potenciar el proceso de regeneración del colágeno y las miofribrillas. Se debe empezar a reorientar las nuevas fibras y aportar oxígeno extra. (Ley de Wolf)


De no ser así se formará un tejido fibrótico de mala calidad contráctil y poca resistencia a la fatiga.





-fase de remodelación:


El proceso anterior y este se solapan uno al otro. El colágeno anterior y más desorganizado deja paso a la formación de los miotubos y estos a miofibrillas en aproximadamente 14 días. Esta progresión en la formación de tejido muscular contráctil se alargará hasta la cicatrización de esa rotura, proceso que se extenderá de 21 a 30 días dependiendo del grado de lesión.


Por tanto tras analizar el proceso de curación de las lesiones musculares tendremos en cuenta que la recuperación activa favorecerá la formación de miofibrillas. En cambio, una inmovilización prolongada favorecerá el aumento de tejido conectivo en la zona de lesión junto al tejido contráctil. De este modo aumentará la rigidez muscular la formación de adherencias y la disminución de la extensibilidad del músculo.






-Representación esquemática del proceso de reparación muscular.





Tratamiento de la lesión:


-tratamiento preventivo.


-tratamiento fisioterapéutico post-lesión.


Tratamiento preventivo:


Es sin duda el mejor tratamiento, “evitar la lesión muscular”. Como hemos comentado anteriormente en el apartado de “lesión muscular”, existen unos factores que favorecen las roturas musculares. Por tanto una parte del entrenamiento deportivo será fortalecer estos factores de riesgo, entre ellos evaluar el equilibrio entre agonistas y antagonistas, realizar un trabajo en excéntrico junto al concéntrico habitual ya que está demostrado que el excéntrico aumenta la síntesis proteica, refuerzan la estructura conjuntiva y favorecen el alineado de las fibras, también aumenta la compliancia del músculo por el aumento de los sarcómeros en serie y por tanto mejora el ángulo óptimo de producción de fuerza hacia mayores longitudes . Mejorar la capacidad elástica del músculo mediante estiramientos en sus diferentes tipos, así como una hidratación adecuada para favorecer la eliminación de metabolitos. No olvidarse de una alimentación adecuada y respetar los tiempos de recuperación postesfuerzo que se adapte a las cargas de trabajo.


Tendremos muy en cuenta que las recidivas de lesiones en isquiotibiales se producen mayoritariamente en las dos semanas siguientes de vuelta a la competición, por tanto será necesaria una readaptación específica mecánica pero sin olvidar la adaptación neuromuscular ya que ante una rotura muscular no solo se destruye tejido contráctil y vasos sino que se afectan también los receptores propioceptivos.


En definitiva se buscará una ganancia progresiva de agilidad y estabilización del tronco junto al trabajo de fuerza y estiramientos.


Tratamiento fisioterápico:


Como norma general podemos distinguir cuatro fases de recuperación para una rotura muscular. Los tiempos van a modificarse según la evolución favorable o no del deportista.


1ª. Fase : hasta 48 h.


En esta fase se produce una reacción inflamatoria con extravasación sanguinea y necrosis de tejido contráctil y no contráctil. Nos interesara controlar este proceso pero no eliminar la inflamación pues es beneficiosa para la recuperación de la lesión. Por tanto trataremos los efectos negativos de esta inflamación como la tumefacción, el edema, el hematoma


- aplicación del protocolo PRICE:


Protección del área afectada.


Reposo. En este caso será un reposo activo y lo que estará inmóvil será la zona lesionada. Se trata de no perder condición física en las demás partes del cuerpo y mantener así el máximo nivel posible.


Hielo. Entre sus efectos están la reducción del metabolismo celular lo que nos va a beneficiar al disminuir el riesgo de extensión del tejido lesionado por falta local de oxigeno. Vasoconstricción a nivel capilar que provocará una reducción de la hemorragia y el edema. Reducción del ciclo dolor-espasmo-dolor permitiendo que no se altere el flujo sanguíneo en el tejido no afecto circundante a la lesión. Efecto analgésico disminuyendo el dolor actuando sobre el sistema nervioso periférico bloqueando la actividad simpática.


Compresión del área lesionada para disminuir la presión hidrostática intramuscular debido a la extravasación de líquidos.


Elevación favoreciendo el retorno de la sangre y linfa hacia el corazón y ganglios linfáticos.


-En esta fase también es necesaria la masoterapia superficial lejos del foco de la lesión favoreciendo de esta forma el drenaje del miembro.


Los tiempos de aplicación para el hielo oscilarán entre 15-20 min. repitiendo cada 10 min. durante dos horas entre tres y cuatro periodos al día en las primeras 48 horas.


- También la electroterapia en esta fase esta indicada. En este caso la aplicación de corrientes de baja frecuencia como el TENS y media frecuencia como las interferenciales en este caso actuando de modo analgésico.


-La aplicación del ultrasonido en forma pulsátil para obtener una movilización del edema, micromasaje celular , favorecer el intercambio celular por medio de la difusión y mejorar la irrigación.


2ª fase : del 3er al 7º día.


Nuestros objetivos en este periodo de recuperación buscarán por un lado disminuir o acabar con el dolor , el edema y el hematoma, así como mantener el rango articular sin provocar dolor , favorecer el alineado de las neofibrillas, mantener la forma física del resto del cuerpo.


La reevaluación en este momento es imprescindible. Una vez estabilizada la inflamación se intentará determinar el grado de rotura y presencia de hematoma y de ser así determinar si es intermuscular o intramuscular.


- disminuir el dolor residual o en algunos casos todavía nos podemos encontrar con dolor agudo hasta pasados algunos días por tanto atendiendo a esta premisa continuaremos con la aplicación de hielo como método analgésico. En el caso de que ya no sea dolorosa la palpación la aplicación de termoterapia en la zona de forma superficial si la lesión está próxima a la fascia o termoterapia profunda en el caso de ser una lesión más interna. Está demostrado que el calor en estas fases de la recuperación provoca una disminución de la viscosidad entre los tejidos lo que favorece su movilización así como la mejora de la nutrición celular, el aumento en la reabsorción de catabolitos , aumento de la aglutina y fagocitosis , relajador muscular , antiespasmódico y restaurador tisular. En cuanto al tiempo de aplicación se indican aplicaciones de entre 15 y 20 min.


- Aunque su mayor efecto sea analgésico , en el caso de presencia de hematoma una vez terminada la sesión de fisioterapia realizaremos un criomasaje para favorecer su reabsorción y actuar al mismo tiempo sobre el edema aproximadamente entre 5 y 10 min.


- Uno de los métodos más eficaces para la regeneración de roturas y contusiones musculares consiste en mover durante las primeras fases de curación la parte dañada, porque genera muy pocas complicaciones e incapacidades si se compara con otros tratamientos de inmovilización.


Tracciones y estiramientos en forma lenta, estimulan la formación de nuevo tejido contráctil con aumento de número de sarcómeras y del área trasversal fisiológica.


De esta forma provocamos poca fibrosis y rigidez alrededor de la fibra muscular. Por tanto empezaremos a realizar movilizaciones pasivas sin llegar a producir dolor asi como contracciones isométricas en distintos ángulos.


- al final de esta fase se puede introducir un trabajo aeróbico de bicicleta sin superar las 140 p/ m. natación o marcha para favorecer el aporte de oxígeno al área afectada.


3ª fase: del 8º al 15º día.


- los objetivos en esta fase serán acabar con el hematoma restante, aumentar el rango articular del miembro afecto, aumentar la fuerza muscular, evitar las adherencias entre los planos de movimiento, trabajar la cicatriz muscular.


- antes de aplicar ningún método terapéutico se debe realizar una reevaluación clínica de la lesión y un control ecográfico que nos diga con exactitud la evolución y estado de la lesión. A continuación tenemos que continuar una progresión en el tratamiento introduciendo estiramientos más intensos y un fortalecimiento no solo a base de isométricos sino también excéntricos.


- aplicaremos onda corta durante 15 min. como preparación para el trabajo posterior y en el caso de no disponer de este método aplicaremos un hot pack.


- movilizaciones en diferentes posiciones dentro del rango articular sin olvidar el no dolor y teniendo cuidado con la cicatrización, por tanto serán más controladas durante los 8 ó 9 dias subiendo la intensidad hacia el 15º día.


Podemos aprovechar la movilización para realizar estiramientos pasivos para favorecer la reorganización de las fibras.


-trabajo de fortalecimiento isométrico en diferentes posiciones y a modo de ejemplo se realizan de 2 a 3 series de 10 contracciones cada una y una duración por contracción de unos 6 seg.


- estiramientos posisométricos indoloros que empezarán desde la posición de máximo acortamiento muscular hasta el máximo alargamiento.


- empezaremos la realización de trabajo excéntrico bien por el própio atleta o por el fisioterapeuta.


Podemos empezar con la postura indicada en la que la rodilla empieza en semiflexión y se llega a la extensión e ir progresando en el tiempo con la intensidad con el siguiente ejercicio primero sin pesos y a medida que se avanza añadir peso.











- la carrera suave ya está indicada sin sobrepasar las 150 p/m. y según evolución y al final de este periodo se realizan ejercicios de propiocepción con objetos en el suelo como pequeños champiñones y vallas de poca altura.


- masoterapia más intensa sobre la lesión en este caso aplicar Cyriax ( masaje transverso profundo) en la cicatriz para reorganizar el tejido y evitar el exceso de colágeno.


4ª fase: reanudación progresiva


Tras una reevaluación clínica nuestros principales objetivos mejorar la fuerza muscular, aumentar la flexibilidad, eliminar posibles adherencias en la zona de la cicatriz , trabajar el gesto deportivo.


- Continuamos con la progresión en intensidad sobre el fortalecimiento muscular. Al principio de la fase los isotónicos toman un papel importante junto a los isométricos ya existentes. Nuestro objetivo será realizar un fortalecimiento más intenso con excéntricos.



Puede que en los primeros momentos no podamos resistir la caída y nos ayudamos con el apoyo de las manos y poco a poco dejaremos que sea una caída libre.




- los estiramientos para ganar flexibilidad continuarán en el protocolo y la propiocepción debe estar presente en la recuperación.


Será necesario realizar ejercicios relacionados con el deporte en este caso la técnica de carrera nos irá bien para adaptar el gesto deportivo de nuevo.


- trabajo pliométrico alternando ejercicio concéntrico y excéntrico .


Se podría añadir una última fase que corresponde al entrenamiento específico de la disciplina. En este caso nos aseguraremos de que la lesión está recuperada y no olvidaremos continuar con el fortalecimiento y la prevención con trabajo en excéntrico junto al concéntrico y los estiramientos.


Fuente (Fisioterapia.net)

sábado, 1 de febrero de 2014

¿Qué es realmente saber competir?

Según la actuación de Ramírez Loeffler en el programa "Para todos" de la 2, el concepto de ser competitivo en primer lugar hay que dejarlo claro sabiendo que no es lo mismo competir a nivel de deporte base, que a nivel adulto amateur, y por supuesto, que a nivel profesional. Incluso no es lo mismo competir a nivel de deporte colectivo que de deporte individual.
La edad de empezar a competir puede ser temprana, pero no debemos confundir el término competir para un niño prebenjamín o benjamín, con el término de ganar o de compararse con el rival. Aquí competir está basado en la creación y puesta en práctica de hábitos, de comportamientos y de la propia pasión por el deporte que hacen.
La competición, al fin y al cabo, es como un examen en el colegio, el momento en el que todos nos ponemos a prueba: deportistas, cuerpo técnico, incluso familiares, amigos y aficionados que van a ver dicho evento.
Es el momento que tienes que cumplir un objetivo pre-fijado y ese objetivo puede ir desde disfrutar de una carrera, divertirte en un partido de padel a incluso conseguir una marca, un registro, un resultado, una final... Es el momento en el que se va a reflejar todo el compendio del trabajo realizado en los entrenamientos y éstos han estado perfectamente planificados y sus contenidos y ejecución han sido los correctos.
Cuando un deportista se plantea una competición con la expectativa de "...aquí, ahora o nunca porque aquí me lo juego todo...", lo normal es que esté sometido a una gran presión y esto se da tanto en la alta competición, como en un niño, como en un corredor popular.
Pero si ese deportista se toma la competición como un momento donde va a sacar todo su talento, va a poner en práctica todo lo que ha trabajado, siendo consciente de que aun quedan otras muchas competiciones a lo largo de la temporada, o a lo largo de la vida y que cuanto más tranquilo esté, más eficacia va a tener en tal cita, entonces el nivel de presión bajará y se podrá rendir mejor. Lo importante no es tener la prueba como todo o nada.
Pero también es cierto que estas "rutinas" funcionan mejor o peor según la mente competitiva de cada uno y sobre todo la confianza en uno mismo y en el trabajo previo realizado. Hay muchos deportistas que incluso trabajan mejor con presión que con presión reducida, mientras que otros necesitan de tranquilidad y aislar la "bacteria de la tensión".
Los pensamientos, las emociones y la ejecución deportiva que en este caso es la conducta, están relacionados entre sí, por lo que la manera en la que nosotros interpretamos cada competición y cada entrenamiento, nos afectará a nuestras emociones y ahí es donde cada deportista tendrá comportamientos diferentes ante momentos de presión por un registro, un resultado, una puntuación...
Por eso aparece el concepto decisivo de pensamiento útil que no tiene que por qué ser pensamiento positivo. Ese pensamiento útil es el conjunto de pensamientos que me permiten mantener ese estado emocional que me va a permitir competir realizando todo lo que mi mente y mi organismo pueden desarrollar gracias a mi entrenamiento y a mi talento.
Hay que dejar claro de nuevo, que hay muchos deportistas entre los que me incluyo, que no se siente bien para competir cuando está relajada puesto que parece que falta "chispa".Muchos deportistas necesitan ese plus de secreción de adrenalina en el momento adecuado o simplemente esa sensación de estar más alerta para poder competir bien.
 Y todo esto no basta con una perorata de entrenador previa a un partido de fútbol, por ejemplo, esto, al igual que se trabaja la preparación física y la táctica, debe realizarse en el día a día. Por eso si se incide en cada sesión, en cada microciclo, en cada momento posible en unas determinadas pautas y estrategias para que el día que llegue la competición, el deportista pueda saber que decisión tomar ante su estado mental, se habrá conseguido completar el cuarto pilar del entrenamiento básico. El deportista si tiene mimbres (contenidos) para apoyarse en sus fortalezas, en lo que realmente sabe que depende de él, tendrá un gran nivel competitivo. 
Una de las cuestiones más importantes comienzan por la lucha y la competición y no por el resultado pues si nos centramos en esto último como único objetivo, en el momento que las cosas vayan mal, nos acarreará un cierto nivel de frustración que nos llevará a descentrarnos totalmente. Por eso debemos repetirnos continuamente más ambición competitiva y menos ambición de resultados. Y cómo se llega a esto, pensando en superarnos a nosotros mismos cada día, en hacerlo mejor que el anterior día, en poner más intensidad que el día anterior, en intentar cosas (lógicas) que otras veces no he sido capaz, sea el deporte que sea.
La clave está en la información propioceptiva; el ánimo a los demás, el ánimo interno, son las frases de la autoconfianza... Un buen ejercicio sería que los deportistas se preguntaran a si mismos:

"A mi me gusta competir porque...:"
- Me encanta este deporte
- necesito una competición para mantener mi mente alerta.
- me gusta medir mi cuerpo
- me gusta gestionar mis decisiones.
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