sábado, 1 de febrero de 2014

¿Qué es realmente saber competir?

Según la actuación de Ramírez Loeffler en el programa "Para todos" de la 2, el concepto de ser competitivo en primer lugar hay que dejarlo claro sabiendo que no es lo mismo competir a nivel de deporte base, que a nivel adulto amateur, y por supuesto, que a nivel profesional. Incluso no es lo mismo competir a nivel de deporte colectivo que de deporte individual.
La edad de empezar a competir puede ser temprana, pero no debemos confundir el término competir para un niño prebenjamín o benjamín, con el término de ganar o de compararse con el rival. Aquí competir está basado en la creación y puesta en práctica de hábitos, de comportamientos y de la propia pasión por el deporte que hacen.
La competición, al fin y al cabo, es como un examen en el colegio, el momento en el que todos nos ponemos a prueba: deportistas, cuerpo técnico, incluso familiares, amigos y aficionados que van a ver dicho evento.
Es el momento que tienes que cumplir un objetivo pre-fijado y ese objetivo puede ir desde disfrutar de una carrera, divertirte en un partido de padel a incluso conseguir una marca, un registro, un resultado, una final... Es el momento en el que se va a reflejar todo el compendio del trabajo realizado en los entrenamientos y éstos han estado perfectamente planificados y sus contenidos y ejecución han sido los correctos.
Cuando un deportista se plantea una competición con la expectativa de "...aquí, ahora o nunca porque aquí me lo juego todo...", lo normal es que esté sometido a una gran presión y esto se da tanto en la alta competición, como en un niño, como en un corredor popular.
Pero si ese deportista se toma la competición como un momento donde va a sacar todo su talento, va a poner en práctica todo lo que ha trabajado, siendo consciente de que aun quedan otras muchas competiciones a lo largo de la temporada, o a lo largo de la vida y que cuanto más tranquilo esté, más eficacia va a tener en tal cita, entonces el nivel de presión bajará y se podrá rendir mejor. Lo importante no es tener la prueba como todo o nada.
Pero también es cierto que estas "rutinas" funcionan mejor o peor según la mente competitiva de cada uno y sobre todo la confianza en uno mismo y en el trabajo previo realizado. Hay muchos deportistas que incluso trabajan mejor con presión que con presión reducida, mientras que otros necesitan de tranquilidad y aislar la "bacteria de la tensión".
Los pensamientos, las emociones y la ejecución deportiva que en este caso es la conducta, están relacionados entre sí, por lo que la manera en la que nosotros interpretamos cada competición y cada entrenamiento, nos afectará a nuestras emociones y ahí es donde cada deportista tendrá comportamientos diferentes ante momentos de presión por un registro, un resultado, una puntuación...
Por eso aparece el concepto decisivo de pensamiento útil que no tiene que por qué ser pensamiento positivo. Ese pensamiento útil es el conjunto de pensamientos que me permiten mantener ese estado emocional que me va a permitir competir realizando todo lo que mi mente y mi organismo pueden desarrollar gracias a mi entrenamiento y a mi talento.
Hay que dejar claro de nuevo, que hay muchos deportistas entre los que me incluyo, que no se siente bien para competir cuando está relajada puesto que parece que falta "chispa".Muchos deportistas necesitan ese plus de secreción de adrenalina en el momento adecuado o simplemente esa sensación de estar más alerta para poder competir bien.
 Y todo esto no basta con una perorata de entrenador previa a un partido de fútbol, por ejemplo, esto, al igual que se trabaja la preparación física y la táctica, debe realizarse en el día a día. Por eso si se incide en cada sesión, en cada microciclo, en cada momento posible en unas determinadas pautas y estrategias para que el día que llegue la competición, el deportista pueda saber que decisión tomar ante su estado mental, se habrá conseguido completar el cuarto pilar del entrenamiento básico. El deportista si tiene mimbres (contenidos) para apoyarse en sus fortalezas, en lo que realmente sabe que depende de él, tendrá un gran nivel competitivo. 
Una de las cuestiones más importantes comienzan por la lucha y la competición y no por el resultado pues si nos centramos en esto último como único objetivo, en el momento que las cosas vayan mal, nos acarreará un cierto nivel de frustración que nos llevará a descentrarnos totalmente. Por eso debemos repetirnos continuamente más ambición competitiva y menos ambición de resultados. Y cómo se llega a esto, pensando en superarnos a nosotros mismos cada día, en hacerlo mejor que el anterior día, en poner más intensidad que el día anterior, en intentar cosas (lógicas) que otras veces no he sido capaz, sea el deporte que sea.
La clave está en la información propioceptiva; el ánimo a los demás, el ánimo interno, son las frases de la autoconfianza... Un buen ejercicio sería que los deportistas se preguntaran a si mismos:

"A mi me gusta competir porque...:"
- Me encanta este deporte
- necesito una competición para mantener mi mente alerta.
- me gusta medir mi cuerpo
- me gusta gestionar mis decisiones.

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