Cada día me parece más claro. Estamos en plena Revolución Industrial Deportiva en España. Sorprendentemente el auge brutal del deporte popular de forma espontánea en este país ha ido paralelo a la crisis económica que sigue acechando cada ciudad y cada pueblo de nuestra geografía. La aparición de tal crisis económica fue sumando y agregando de forma rigurosa militantes al deporte popular, al deporte espontáneo, al deporte creativo y a la actividad física recurrente y adaptable al status social de cada cual y de cada uno.
Sin entrar en aquella frase de "Hola soy Español a que quieres que te gane" que nos ha hecho sentirnos creciditos con las victorias de Nadal, Gasol, Belmonte o las selecciones de deportes colectivos, el ciudadano medio español ha decidido pasar a ser protagonista y capitán del destino de su salud y cultura física.
Según el CSD, cerca de 17 millones de personas mayores de 14 años, hacen deporte en España. Con la fiebre del running y del padel, desde 2005 hasta 2015, la práctica deportiva de la población española entre los 15 y los 65 años, ha subido 9 puntos porcentuales. Un incremento que no es otra cosa que una gran noticia para salud presente y futura de nuestro país.
Hace cinco años, las actividades estrella por autonomasia se centraban en los gimnasios mediante actividades como pilates, yoga, spining y demás actividades aeróbicas y de cardio de bajo impacto. Sin que haya descendido el incremento en estas actividades, sorprendemente, el running y el padel les han superado. La cultura física ha crecido, la motivación y el interés por la práctica deportiva casi se ha duplicado en cinco años pero también se ha elevado de forma exponencial la preocupación,la apuesta y la inversión en salud, nutrición y prevención. Quizá España haya llegado a la mayoría de edad en deporte-salud, dejando atrás la etapa de la cultura deportiva basada en el 'Marca' o en el 'As'.
La irrupción de esta motivación social, no sé si espontánea o basada en un porqué, puede ser paralela a la llegada de mayor información sobre salud, la creación de instalaciones y material deportivo más accesible y entendible, la constante aparición de la interconexión en redes sociales de eventos y plataformas de salud y deporte. Es una auténtica REVOLUCIÓN INDUSTRIAL DEPORTIVA.
La autopercepción de la estética, del peso y del sobrepeso está ayudando mucho en esta revolución junto al entendimiento de que la salud solamente llega a través de las vías de la actividad deportiva, de la nutrición y de la prevención.
Mucho está ayudando también que haya posibilidades de práctica de forma desinstitucionalizada, es decir, por parte propia, con amigos, con grupos informales; nada de federaciones y sin demasiado carácter competitivo. Es el deporte del reto personal basado en desafíos sociales de salud, de entretenimiento y, de, al fin y al cabo, felicidad deportiva.