miércoles, 11 de abril de 2007

CODIGOS DE HONOR




En el deporte hay muchas acciones que parece ser están implícitas y que aunque en nigún reglamento se reflejan, todo deportista debe conocer y aplicar. Ultimamente hay bastante polémica con el triste momento que se da cuando un futbolista que yace inerte en el suelo y parece ser que tiene una gravísima lesión, probablemente irreversible, pues ninguno de los rivales paran el juego para atenderle desesperadamente. Hasta hace poco ese código estaba muy claro y el juego se detenía pero parece ser que el teatro futbolero se come a sí mismo y se está empezando a ver que tal "burla médica" comienza a ser algo pesada. Si nos paramos a pensar en deportes donde los participantes caen al suelo como si hubieran sido fulminados por un rayo y que al cabo de 35 segundos de atenciones, se levantan como si nada hubiera ocurrido, me temo que solamente me sale uno. El balompié o tiene grandes fisioterapeutas o algo raro ocurre dentro. Los tremendos placajes del rugby, los brutales choques del balonmano, las increibles caidas del ciclismo o los violentos contactos de cualquier arte marcial, serían suficientes para parar el juego total durante minutos, horas y días. Quizá el esperpéntico momento de las caidas por 'lesiones irremediables' en el fútbol comience a analizarse de manera sensata y que el maldito código de echar el balón fuera se convierta en el verdadero código de solo ir al suelo si aparece lo que todos conocemos como impotencia funcional. (Quizá una norma que obligue al que finge a quedarse fuera 10 minutos....)


Los verdaderos códigos de honor en el deporte deberán aludir a la máxima competencia en la cancha, pista, tatami o 'pasto' pero siempre respetando la libertad deportiva del rival, del compañero, del juez o árbitro. Se me ocurre que el auténtico 'deporte gentleman' lo encontramos en el tenis, donde hay normas en el aire, en el ambiente, que respetan al rival de una manera que sería utópica en cualquier otro deporte.

Deportistas que respetan la concentración rival, que reconocen si una bola entra o no, que incluso, hasta en el calentamiento se ayudan unos a otros. La verdadera deportividad se daría cuando un partido oficial se pudiera dar sin árbitros.

2 comentarios:

Rapajic dijo...

Grandísima reflexión y magnífica la última frase del post, enhorabuena.
y también me ha gustado mucho lo de los 10 minutos de "tiempo fuera", que por cierto es una técnica psicológica para modificación de conductas.

seize 9 dijo...

¿cómo se crean esos códigos de honor? ¿porqué el golf o el tenis son distintos? ¿porqué no son iguales los códigos en Londres y Madrid?
Hemos visto cómo uno de esos códigos ha cambiado en poco tiempo. Ahora está bien visto que los espectadores del fútbol avisen a los vigilantes cuando alguno de ellos lanza algún objeto al campo. ¿Pueden cambiarse otros códigos?

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