Valladolid surcaba la semana feliz al saber que Madrid le ha cedido la posibilidad de albergar unos Juegos Olímpicos. Solo falta que la capital de España sea la elegida para albergar los Juegos de 2012.
Valladolid volverá así intentará acoger un gran acontecimiento deportivo. Ya lo intentó con los Juegos Olímpicos de 2012 y los de de 2016, que Madrid también quiso organizar aunque sin éxito. Valladolid luchó por ser subsede de algún deporte debido a su cercanía con la capital. En la primera su solicitud no llegó a tiempo; en la segunda oportunidad Valladolid fue descartado. Al final, Londres y Río de Janeiro ganaron la carrera y la propuesta de Valladolid se quedó en papel mojado.
Después llegó el Mundial de fútbol 2018 y 2022, en el que la denominada candidatura ibérica (España y Portugal) contaba con Valladolid para albergar algún partido. Rusia fue la elegida y aquella opción también se desvaneció en el aire. Una vez conseguido, ha llegado el varapalo de la anulación del Valladolid Arena.
Mientras unos trabajan duro para que Valladolid sea parte importante en el mapa internacional deportivo, otros parece ser que fieles a unas ideas de un partido buscan como cargarse esa ilusión. Y por si no fuera poco, el desvancecimiento del Valladolid Arena impugnado por el grupo de Izquierda Unida de Valladolid, puede acabar por fulminar a la entidad blaquivioleta y que dé con sus huesos en el mundo de la desaparición de clubes.
El alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, ha advertido que la sentencia que echa por tierra el ‘Complejo Valladolid Arena’ puede suponer «la puntilla» para el Real Valladolid, que esperaba enjugar su deuda millonaria con este proyecto que contempla un pabellón polideportivo y un gran centro comercial, y ante ello ha planteado como alternativas la posibilidad de recurrir el fallo o, sin considerarla incompatible, tratar de legalizar la operación en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana.
Complicadas soluciones que tienen difícil salida.
Carlos Suárez que ve como el proyecto deportivo va funcionando, por otro lado observa como junto a las dificultades del pago a sus jugadores, técnicos y trabajadores, la viabilidad para sacar adelante al Real Valladolid le deja con las manos atadas a falta de una patada final que destroce para siempre a la entidad blanquivioleta.
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