De todos es sabido que hay pocos deportes que incluyan un nuevo calentamiento en el descanso, pero si vemos cualquier partido de basket, el calentamiento o activiación que se realiza entre el segundo y el tercer cuarto es casi de la misma índole de intensidad que posee el calentamiento general de inicio de partido. En otros deportes como balonmano, fútbol, rugby... esta activación prácticamente se reduce a unos saltitos, unas pequeñas progresiones y estiramientos mínimos y en muchos casos ni siquiera eso cuando se ve a los jugadores que entran al campo con un andar cansino. Y no sólo hablamos en el ámbito aficionado sino también en el profesional. Pero que nadie se olvide del movimiento de pies continuo de Rafa Nadal en la previa y momentos de pausa. (Activación física y mental grado máximo)
Hace ya bastantes años realizamos un estudio en la UD. Santovenia donde los jugadores de categoría juvenil realizaban una activación de cinco minutos basada en movilidad articular activa, progresiones y una puesta en marcha del sistema nervioso central para iniciar la segunda parte de manera más intensa. Los resultados en cuanto a calidad fueron muy interesantes pues la participación en el juego era mayor, las ocasiones aumentaban y el ritmo de juego era más intenso en los primeros diez minutos con respecto a partidos donde no se había realizado dicha activación, con los mismos rivales (aunque en la primera vuelta del campeonato). Se podría apostillar que el ritmo de la primera vuelta es muy diferente al de la segunda según el trabajo realizado tanto para bien como para mal, pero las diferencias fueron muy significativas al menos en el ámbito cualitativo de las prestaciones.
El tiempo de descanso entre la primera y la segunda parte, tradicionalmente ha sido utilizado por los entrenadores para ofrecer información táctica y motivacional a sus jugadores de cara a la segunda parte. Pero qué factores pueden influir y mejorar los quince minutos del tiempo de descanso?? Como simple ejemplo, hoy en día se conoce que la temperatura muscular baja en este tiempo y el inicio de la segunda parte del partido tiene en sus diez minutos iniciales menores velocidades. Pero, ¿qué más puede realizarse durante este corto pero importante tiempo? ¿Qué se debe hacer durante el descanso? ¿Por qué?. Y sobre todo, cual es la mejor gestión de este tiempo para que el jugador no pierda el nivel de activación fisiológica y al mismo tiempo pueda rendir desde el inicio de la segunda parte.
Una de las premisas más importantes es que el jugador no pierda temperatura muscular para ello no está de más la utilización de toallas que cubran el cuerpo durante esa fase de pausa, del mismo modo la hidratación es decisiva junto con el aporte de glucógeno para recuperar parte del vaciado de los depósitos de éste. Ingerir plátanos, frutos secos o algún preparado con geles ricos en este componente puede ser vital para el mantenimiento del ritmo e intensidad en la reanudación. Si el descanso dispone de quince minutos,es recomendable utilizar entre 60 y 90 segundos (una mini vuelta a la calma) de silencio para bajar pulsaciones, relajar la mente y evitar que el deportista se altere por cuestiones que cree que no están funcionando, para ello el cuerpo técnico será el primero en mantener la calma y pedir tranquilidad. Probablemente con ocho minutos de charla motivacional o de búsqueda de soluciones sea suficiente pues la cabeza del deportista en ese momento no va a asimilar más información que supere diez minutos. Esos cinco minutos que restan es recomendable utilizarlos para el estiramiento muscular preventivo en el propio vestuario y posteriormente salir al campo donde el trabajo elástico-reactivo (saltos y movimientos balísticos) deberá ser continuo a baja intensidad pero sin bajar el ritmo. Ejercicios de skiping (alto y bajo a diferentes ritmos) en distancias no superiores a diez - quince metros nos ayudarán a la activación recomendada. Posteriormente llegará la fase para "despertar" el sistema nervioso central mediante ejercicios de reacción y salidas en velocidad que incluyan cambios de ritmo y dirección de recorrido corto.
La inclusión de ejercicios de choque (hombro con hombro, por ejemplo) previos a esas salidas en velocidad indicadas propiciarán que las acciones de todos los jugadores en los primeros minutos sean de índole relevante y de intensidad alta. El último minuto de esta activiación puede ser interesante un pequeño ejercicio de posesión por pares. Los estiramientos y ejercicios balísticos serán el punto culminante a estos cuatro-cinco minutos de activación.