COMPETIR

Los más grandes lo son no porque tengan talento, o porque batan un día un record, o porque ganen muchas competiciones menores o porque un día hagan algo realmente bonito, no, lo más grandes (Lewis, Pelé, M. Jonhson, Phelps, Federer, Comaneci, Maradona, Jordan,...) lo son porque el día D a la hora H siempre rinden, porque saben competir, qué demonios, porque son los mejores compitiendo, porque cuando los demás dan todo lo que tienen o un poco menos, ellos dan ese extra que les hace ser únicos, porque se crecen ante la competición, ante el público y ante los rivales, se crecen ante el momento y además, hacen que sus rivales se hagan un poco más pequeños en ese mismo momento, justo al verles la cara, al verles la mirada, al saber que ellos no van a fallar.
Ayer un deportista me volvió a defraudar (y no lo volverá a hacer porque ya no confío en él), un gran deportista, pero eso, un gran deportista a secas, un recordman del mundo sí, pero eso, sólo un recordman del mundo. Ayer al ver la mirada triste y el sudor (me temo que frío) de Asafa Powell en los tacos de salida, algo me decía que la volvería a pifiar en un gran campeonato. Y así fue. Alguien que quiere ser muy grande no se puede bloquear como este tío se bloquea en el momento que no puede bloquearse (y que yo recuerde ya van 3), y aún menos dejarse ir al ver que la cosa no va cómo él desearía.
Para pasar a la historia del deporte no vale con haber tenido un record alguna vez, no, para pasar a la historia del deporte hay que ganar el día en que todo el mundo te mira y todos van a por ti. Y Asafa Powell me temo que no pasará a la historia.