viernes, 21 de octubre de 2011

LA CLAVE MOURINHO

Mourinho es feliz y hasta amable; ya tiene el club que quería

José Mourinho siente que controla la situación. Hasta el vestuario, que siempre ha sido la facción del club más distante, se ha acercado a su 'jefe' una vez que él accediera a escuchar a los jugadores y cambiar ciertos hábitos de su conducta hacia ellos. Quince meses después de su llegada a la entidad madridista, el portugués cree el club ya está a la altura de lo que pretendía. Y así se lo ha dicho a Florentino Pérez. "Me siento feliz, cómodo", ha comentado el técnico en una de sus habituales charlas. Al poco de aterrizar por el Bernabéu percibió que la realidad no se correspondía con lo que él pensaba que era el Real Madrid.

El técnico se siente feliz por haber conseguido una estructura dirigida exclusivamente por Florentino Pérez, José Ángel Sánchez y el propio Mourinho. Nadie más, sin injerencias de ningún tipo Los fichajes, las primas que deben recibir los jugadores, las decisiones médicas, el equipo de trabajo que rodea a la plantilla, incluyendo decisiones injustas y dolorosas pero imprescindibles según el técnico... todo pasa por el citado tridente, pero con el toque personal del portugués.

Éste es el motivo del cambio, el culpable de la cara amable que está mostrando el portugués, algo impensable tras lo sucedido en el partido de vuelta de la Supercopa, punto de inflexión en su actitud y que le hizo ver que se había equivocado, que el camino adoptado era el erróneo, tal y como le recordaron los que mandan junto a él en el club.
En estos dos meses, Mourinho se ha acercado a sus jugadores, a algunos rivales y a los entrenadores que en su día parecían sus enemigos irreconciliables. Ya el año pasado tuvo algún gesto que le acercó a su colectivo como fue la llamada a Preciado tras el fallecimiento de su padre, enterrando la sombra de una posible denuncia que manejó el sindicato por su ataque al entrenador del Sporting. Esta temporada la vida es distinta. Se ha abrazado a Sandoval, a Pepe Mel, a Pochettino... e incluso ha hablado bien de los árbitros. Quiere sentirse compañero de los suyos. Otra cosa será cuando el Barcelona se asome allá por el mes de diciembre, pero esa historia está por escribir.
Esa felicidad no termina con aquello de escuchar a los jugadores o de abrazarse con el entrenador rival. El técnico ha vuelto a reiterar a sus 'jefes' su plena identificación con el proyecto y su intención de no plantearse una próxima salida del Real Madrid. Ahora ha encontrado el escenario idóneo. Trabajo en un club grande, respaldado y en el que sus deseos son órdenes. No tiene problemas, ni fecha de caducidad... mientras no logre su gran objetivo: la Champions, hacer historia conquistando su tercera Copa de Europa con un tercer equipo diferente.

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